lunes, 4 de octubre de 2010

Un dia llega...

Un dia cualquiera, no tienes nada pensado, nada que haga ese dia especial. Te levantas como cualquier otro dia, nada te hace sospechar, quizá sientas que hay algo raro, pero como sueles hacer...si no es muy fuerte no haces caso. Es otro mas, solo que el dia de hoy te tiene preparado un regalo que no podrás rechazar. Todo es igual, con sus diferencias habituales, nada reclama tu atención y por ello no prestas atención a lo que ocurre. Todo es tan sutil...tan delicadamente suave...que no percibes la magnitud de lo que ocurre. Puede ser que en un momento dado te pase por la mente un destello de lucidez, aun así porque sigues atrapado con la trampa que tu mismo has ido creando no consigues ver. Pero llega....no hay vuelta atrás y como va directo a ti no puedes mas que sentirlo. Te puede parecer que de repente todo ha dado un giro, nada es lo que parecia ser, todo lo que veias...todo lo que sentias....todo lo que pensabas....deja de ser como tu lo interpretabas. Te llega el momento de crecer y no puedes ni debes hacer nada, dejas de ver al mundo, a las personas, a ti mismo...como algo externo a ti. Un instante, un segundo, un insignificante momento de tu vida...que contiene todo su significado. Es el momento de tu despertar, de tu reencuentro, de recordar cual es tu misión...y en ese breve espacio de tiempo ya todo te es revelado, no existen mas sombras ni dudas...lo que en ese momento recuerdas es quien eres. Nada vuelve a ser lo mismo...porque todo es lo que siempre ha sido...la verdad. Nada que no seas tu puedo ser yo...nada que yo sea tu puedes anhelar...
Así es...un dia cualquiera va la vida y te sorprende...

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